Aplica una presión suave a tus brazos y piernas uno a la vez, concentrándote únicamente en la sensación de cada apriete.
Este ejercicio activa tu sentido propioceptivo, ayudándote a sentirte más conectado con tu ser físico. Al concentrarte en la sensación de presión, desvías la energía mental del estrés hacia el momento presente.
Comienza apretando un brazo o pierna a la vez, aplicando una presión suave.
Concéntrate en la sensación de cada apriete, dejando que otros pensamientos se desvanezcan.