El SNE está inervado por el nervio vago, que transmite información del cerebro al intestino, y por los nervios simpáticos y parasimpáticos, que modulan la función GI en respuesta a señales locales. El SNE también está influenciado por el microbioma intestinal, que es la comunidad de microbios que reside en el tracto GI. El microbioma intestinal es importante para el desarrollo y la función del SNE.
El eje intestino-cerebro es la vía de comunicación entre el cerebro y el intestino. El eje intestino-cerebro es importante para la regulación de la función GI, el metabolismo y la función inmunológica. El eje intestino-cerebro también está involucrado en el desarrollo de la ansiedad y la depresión.
Dado que el SNE regula la producción de más del 90% de la serotonina del cuerpo (una hormona principal para la estabilización del estado de ánimo), la salud intestinal juega un papel importante en el bienestar emocional general. El SNE, el microbioma intestinal y el eje intestino-cerebro están todos interconectados y desempeñan roles importantes en la salud y función del tracto GI y en la salud general.
Andrew es Co-CEO en NEUROFIT y graduado de Caltech con 10 años de experiencia en tecnología y productos, impactando millones de vidas en NASA, Snapchat, Headspace, el Centro de Inteligencia Emocional de Yale y sus propias startups de bienestar.
Después de enfrentar dos décadas de estrés crónico, agotamiento y C-PTSD, lanzó NEUROFIT para proporcionar una solución efectiva, basada en datos y accesible a estos desafíos.