Establecer límites con los demás no solo es beneficioso para nuestro sistema nervioso, sino también para nuestra salud y bienestar en general. Cuando establecemos límites, podemos protegernos del contagio emocional, la respuesta Dorsal Vagal y la respuesta Simpática.
El contagio emocional es la tendencia de las emociones a ser contagiosas. Cuando estamos cerca de alguien que está enojado o molesto, es más probable que nosotros también nos enojemos o molestemos. Esto se debe a que reflejamos las emociones de quienes nos rodean. Al establecer límites, podemos protegernos de ser afectados por las emociones negativas de los demás y mantener la claridad.
Cuando no establecemos límites, se acumula el resentimiento, lo que a corto plazo conduce a la respuesta de lucha o huida del sistema simpático. Esta respuesta se caracteriza por un aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, y puede llevar a la ansiedad y al pánico. A largo plazo, la ira no procesada conduce a la respuesta dorsal vagal, ya que estamos comunicando a nuestro sistema nervioso que no es seguro establecer límites. Esta respuesta se caracteriza por el apagón, la disociación, la disminución de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, y puede llevar a la fatiga crónica, la depresión y el aislamiento social.
Como resultado, establecer límites es esencial para mantener la salud de nuestro sistema nervioso: podemos protegernos del contagio emocional, la respuesta dorsal vagal y la respuesta simpática. Al hacerlo, canalizamos nuestra ira hacia la autocompasión, manteniendo un sistema nervioso equilibrado y regulado.
Andrew es Co-CEO en NEUROFIT y graduado de Caltech con 10 años de experiencia en tecnología y productos, tocando millones de vidas en NASA, Snapchat, Headspace, el Centro de Inteligencia Emocional de Yale y sus propias startups de bienestar.
Después de enfrentar dos décadas de estrés crónico, agotamiento y C-PTSD, lanzó NEUROFIT para proporcionar una solución efectiva, basada en datos y accesible a estos desafíos.