EL SISTEMA NERVIOSO Y LA RELACIÓN ÍNTIMA

Cuando estamos en los estados Simpático, Abrumado o Vagal Dorsal, nuestro cuerpo se enfoca en nuestra supervivencia personal (lucha, huida o congelación). Esto significa que nuestra capacidad para relacionarnos y conectarnos con nuestra pareja íntima es limitada cuando estamos en estos estados.

En estos estados, es más probable que percibamos a nuestra pareja como insegura, que nos comuniquemos mal con ella, que experimentemos desencadenantes emocionales y que reaccionemos desde un lugar emocional.

La buena noticia es que podemos ser más amorosos, compasivos, juguetones y pacíficos en nuestras relaciones íntimas cuando regulamos nuestro sistema nervioso diariamente y hacemos lo siguiente.

Encuentra oportunidades para activar el sistema de compromiso social y participa en juegos cara a cara con tu pareja. Esto activa la parte del sistema nervioso que el cuerpo asocia con seguridad y calma, y construirá resistencia a los desencadenantes emocionales.

Tómate un tiempo para el autocuidado para reducir tu carga alostática (nivel de estrés basal) y moverte hacia los estados de Juego, Vagal Ventral o Quietud.

Crea un espacio seguro en nuestra relación para poder expresar emociones de manera segura (sin proyectarlas en nuestra pareja), y que tu pareja las observe. Esto enseña a tu cuerpo que es seguro tanto expresar nuestras emociones como recibir las de nuestra pareja. Esto evita que el sistema nervioso entre en una respuesta Vagal Dorsal o Simpática.

Cada mañana, completa un ejercicio de BALANCE para acceder a los estados de Juego, Vagal Ventral o Quietud.

Cuanto más flexible y equilibrado esté el sistema nervioso, mejor podrá autorregularse, haciendo que la relación íntima sea más placentera.