El sistema digestivo humano es un sistema complejo y sensible que interactúa constantemente con el sistema nervioso. Cuando estas interacciones no funcionan correctamente, pueden surgir problemas digestivos, como el síndrome del intestino irritable (SII).
El sistema digestivo está compuesto por muchos órganos diferentes, todos los cuales necesitan trabajar juntos para digerir los alimentos adecuadamente. El estómago y los intestinos están revestidos con una capa de músculo que se contrae y relaja para mover los alimentos a través del sistema digestivo. Este proceso está controlado por el sistema nervioso, que envía señales a los músculos para indicarles cuándo contraerse y cuándo relajarse.
El sistema nervioso entérico (SNE) es una red de nervios que recorre el sistema digestivo. Es responsable de controlar los músculos del sistema digestivo y de enviar señales al cerebro sobre lo que está ocurriendo en el sistema digestivo.
Si el sistema nervioso está desregulado y no funciona correctamente, los músculos del sistema digestivo se contraen demasiado o muy poco, alterando el ritmo y la efectividad de la digestión y causando a menudo dolor, hinchazón y otros síntomas.
El SII es una condición crónica que a menudo se origina y se amplifica por un sistema nervioso desregulado. Se estima que el SII afecta entre el 10-15% de la población. Existen muchos tratamientos diferentes para el SII, y muchos de ellos buscan reducir los síntomas regulando el sistema nervioso.
El microbioma intestinal es la comunidad de bacterias que vive en el sistema digestivo. Estas bacterias son importantes para muchos aspectos de la salud, incluyendo la digestión, la inmunidad y la función cerebral. El microbioma intestinal está afectado por el sistema nervioso, y un sistema nervioso desregulado puede llevar a un desequilibrio en el microbioma intestinal, lo que puede contribuir aún más a los problemas digestivos.
Sanando Problemas Digestivos
Andrew es Co-CEO en NEUROFIT y graduado de Caltech con 10 años de experiencia en tecnología y productos, tocando millones de vidas en NASA, Snapchat, Headspace, el Centro de Inteligencia Emocional de Yale y sus propias startups de bienestar.
Después de enfrentar dos décadas de estrés crónico, agotamiento y C-PTSD, lanzó NEUROFIT para proporcionar una solución efectiva, basada en datos y accesible a estos desafíos.